viernes, 21 de mayo de 2010

ALGO PARA SUBIR EL ANIMO

INTRODUCCION


La tecnología va avanzando haciendo que las máquinas sean más eficientes por el mismo costo. Irónicamente, en la mayoría de los casos, estos avances son implementados en equipos que debido a su tamaño o potencia mantienen la eficiencia relativa promedio en el mismo nivel o más bajo. Esto se traduce en mayor consumo de recursos naturales, productos no reciclables con corta vida de uso y pocas opciones en el mercado que sean ambientalmente y económicamente amigables.
Sin embargo la demanda por “tecnología ecológica” es cada vez mayor, y esto es gracias a una renovada y creciente conciencia ecológica. Un mayor número de personas está viendo más allá de la propaganda, dejando el consumismo a un lado para evaluar la viabilidad de diferentes tecnologías. Este nivel de conciencia les permite observar qué tecnologías deben superarse, adoptarse, mejorarse o ignorarse en pro de mejorar su calidad de vida causando el menor impacto posible al medio ambiente.
Lamentablemente, este no es el caso general. Como plantea el informe del Departamento de Desarrollo Humano del PNUD para la República Dominicana de junio del 2008, “a nivel político no existe aún una real comprensión de la importancia de la sostenibilidad ambiental como base de la vida y de la economía dominicana.” y esto lo extiendo al resto de la población. Sin embargo, existen prácticas que se podrían aplicar para ayudar a alcanzar este nivel de conciencia en la población y quizás aumentar la demanda de tecnologías ecológicas en las República Dominicana.
En primer lugar, no existe suficiente publicidad para las tecnologías ecológicas, ni por parte de vendedores, ni del Estado, ni de los medios de comunicación. Con publicidad se divulgaría información sobre estas tecnologías. Se podría exponer sus ventajas y desventajas en comparación con las tecnologías actuales dando oportunidad a más personas de evaluar su viabilidad. Sería idóneo hacer énfasis en tecnologías viables para así aumentar su atractivo lo que podría aumentar su demanda.
En segundo lugar, no existen incentivos por parte del Estado para adquirir tecnologías amigables al medio ambiente. Sería posible incentivar, otorgando reconocimientos a corporaciones o instituciones por el uso de tecnologías verdes. Del mismo modo, se podría contemplar la exoneración parcial o total de impuestos para la adquisición de tecnología ecológica. Esta práctica aumentaría en sobremanera el atractivo de las tecnologías ecológicas, ya que pondría al alcance las mismas por un buen precio. Un ejemplo sería, la exoneración parcial o total de impuestos sobre vehículos híbridos, lo que aumentaría el atractivo de este vehículo.
La tecnología ecológica tiene costos elevados, pero a su vez posee grandes ventajas que consumidores corporativos y pequeños consumidores deben conocer. Un análisis consciente y crítico de las tecnologías permitiría elegir aplicaciones viables de las mismas para cada caso. Este nivel de conciencia, concluyo, puede ser alcanzado mediante publicidad e incentivos.

VIDEO MICHAEL JACKSON

ECOTECNOLOGIA

Cada año las organizaciones ecologistas elaboran diversos ranking que muestran cuales son las empresas que más se ocupan del medio ambiente. Por lo general muchos de estos puestos están liderados por compañías dedicadas a la tecnología y las razones se relacionan con las nuevas tendencias del momento.
Porque según parece, la ecología también es terreno fértil para los buenos negocios y más aún si van acompañados de una gran estrategia de comunicación. Lo cierto es que más allá de las razones económicas el planeta recibe con buenos augurios los lanzamientos eco-friendly de estas firmas y así es como empresas como Philips, Toshiba, Sony o Samsung comienzan a ser noticia no sólo por sus envidiables dispositivos de vanguardia sino porque ellos suman cualidades verdes.
Pantallas OLED, carcasas biodegradables, menor consumo energético, baterías que se alimentan con glucosa o dispositivos solares son algunas de las recetas clásicas de estas firmas aunque también hay algunas ideas innovadoras que despiertan la atención del público como aquéllos dispositivos que se ocupan de mejorar el consumo energético reduciendo el consumo fantasma que se produce cuando un dispositivo permanece dormido o bien esos modelos inusuales de móviles que en lugar de baterías funcionan mediante la energía kinética.
Más allá de la estrategia utilizada, la gran revolución de la tecnología está en marcha y lo mejor es que luce un color verde fuerte de la mano de la ecotecnología.

Ecotecnología: Las baterías, fuente de vida ?
La tecnología electrónica se ha vuelto imprescindible en nuestra vida,  nos acompaña a todas partes donde vamos, podemos saber la hora,  escuchar radio, comunicarnos por teléfonos celulares,  llegar al lugar exacto con nuestros navegadores satelitales, divertirnos con los juguetes más simples o sofisticados o sencillamente pasar horas frente a la pantalla de la computadora, todos estos elementos y muchos otros que simplifican nuestra vida poseen algo común... las baterías.
Las baterías son la fuente de energía de nuestros aparatos electrónicos y también son nuestros desperdicios más peligrosos. Este peligro surge  cuando agotadas decidimos arrojarlas a la basura.
¿ Sabés cuál es su destino?,       ¿ Sabés cuándo contaminan ?
 Existen varios tipos de baterías según sus usos y tamaños y así de variable es su grado de contamineidad, desde las grandes pilas de linternas de carbón-zinc, las recargables de  níquel-cadmio para la telefonía celular, peligrosas dado la toxicidad del cadmio, y hasta las más pequeñas tipo botón de relojes o audífonos construidas de óxido de mercurio que poseen un 30% de este material, de allí la peligrosidad  en la degradación de sus componentes.
La degradación se produce en forma natural de sus componentes pero también se acelera cuando las pilas son arrojadas como residuos comunes en los basurales, al entrar en contacto con la lluvia y los ácidos que se producen por descomposición de los residuos orgánicos que disuelven los recipientes contenedores y los elementos químicos de las pilas pasan al suelo y a las aguas subterráneas. Por lo tanto, evitar el contacto de los elementos contaminantes con el medio resulta una posible solución.